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¿Por qué comemos ñoquis los 29?

Desde una leyenda ítalo-cristiana hasta una costumbre porteña. Para celebrar esta tradición, el cocinero Diego Gaona compartió tres recetas para preparar en casa.

Hoy es 29 y la pregunta es inevitable: ¿Por qué comemos ñoquis los 29 de cada mes? Si bien hay diferentes historias alrededor de esta tradición, hay dos leyendas que tienen la mayor aceptación popular.

La primera corresponde a la historia de San Pantaleón, quien en el Siglo III peregrinó por el norte de Italia. La noche del 29 de julio, el santo tenía hambre y les pidió pan a unos campesinos de la zona, quienes lo invitaron a compartir la mesa.

San Pantaleón, agradecido, bendijo la mesa y les dijo que por su generosidad les esperaría un año de grandes cosechas y muy buena pesca. La profecía se cumplió y en honor al Santo cada 29 se repetiría aquella comida: ñoquis.

En el Siglo XIX, muchos años después de San Pantaleón y ya en tierras porteñas, los inmigrantes italianos que llegaron a nuestro país comían todos los 29 ñoquis de papa por el simple hecho de ser fin de mes y de tratarse de una comida económica. Para que el dinero alcance hasta terminar el mes, los inmigrantes ponían una moneda bajo el plato.

Para prepararlos en casa y continuar la tradición, el cocinero y periodista Diego Gaona –y gran amigo de InfoGourmet– compartió con nuestros lectores tres recetas distintas: los clásicos de papa, de rúcula o espinaca y una tercera apta para celíacos.

Ñoquis de papa clásicos

• Calculamos una papa mediana por persona, la hervimos con cás