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¿Por qué comemos 12 uvas en Año Nuevo?

Para atraer a la buena suerte, la tradición marca que se debe comer una uva por cada campanada del reloj. Pero, ¿de dónde surge este ritual?



Cargada de simbolismo y esperanza, la imagen se repite cada año en la mesa familiar: comer 12 uvas a las 12 de la noche del 31 de diciembre. ¿El objetivo? Atraer la buena suerte para el año que llega.


Según esta antigua cábala, en la mesa se deben colocar 12 uvas delante de cada comensal. De esta manera, se simbolizan los 12 meses del año y la tradición marca que debe comerse una uva por cada campanada del reloj.


Pero, ¿de dónde surge este ritual? El origen de las “12 uvas de la suerte” se trata de una costumbre española adoptada en numerosos países de Latinoamérica. Y con la ola inmigratoria, Argentina no fue la excepción.

Sin embargo, como suele suceder con la mayoría de las tradiciones, hay más de una versión respecto de su origen.

Una de ellas marca que todo comenzó en 1882: en esa época, la clase burguesa respetaba a rajatabla el ritual de tomar champagne y comer uvas durante la cena de Nochevieja. Un grupo de madrileños decidió ironizar esta tradición y se instaló frente a la Puerta del Sol para comer uvas al sonido de las campanadas.


Las 12 uvas simbolizan los 12 meses del año y hay que comer una uva por cada campanada del reloj

En cambio, otra de las creencias populares sitúa su origen en 1909: ese año, España tuvo una extraordinaria cosecha de uvas que llevó a los viticultores a repartir el excedente y alentar su consumo con una excusa infalible: las uvas de la “buena suerte”.

La realidad es que tampoco hay constancia de que esa haya sido la verdadera fecha del origen de este ritual. Lo que sí se sabe es que el “boca a boca” realmente funcionó, la tradición trascendió año tras año y son pocos los que se animan a romper con este antigua cábala. Y vos, ¿ya tenés listas las 12 uvas?

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