¿Qué es el kale y cómo se prepara?
De excentricidad a estar cada vez más presente. Pero, ¿cómo explotarlo al máximo? Sus propiedades, tips y una receta ideal para toda la familia: chips de kale.
Durante los últimos años, el kale dejó de ser una excentricidad y un producto conocido por muy pocos, a estar cada vez más presente en la carta de los restaurantes de alta cocina, así como en las verdulerías y emprendimientos orgánicos o agroecológicos. Esta crucífera pertenece a la familia del brócoli y del coliflor, y en nuestra región es conocida desde años como col rizada.
Si bien es originario de Asia y llegó a Europa en la Edad Media, su “fama” comenzó hace unos 20 años en Estados Unidos. ¿Por qué? Cuando se comprobó que su alto contenido en compuestos sulfurados demostraron ser eficaces en la prevención del cáncer. A partir de ahí, su consumo comenzó a popularizarse cada vez más, lo que generó que hoy sea mucho más fácil conseguirlo que hace una década.
Las propiedades del kale
Además de sus propiedades anticancerígenas, aporta vitaminas A, C, K y B6, tiamina, y también carotenoides y flavonoides, dos antioxidantes naturales que ayudan a prevenir el envejecimiento celular.
Además de tener una buena cantidad de fibra, lo que nos genera más sensación de saciedad, el kale aporta 135 mg de calcio cada 100 gramos, lo que ayuda a mantener la salud de los huesos y a prevenir la osteoporosis.
El kale se caracteriza por tener un sabor muy intenso y cierto amargor
Cómo cocinar kale
Cuanto menor cocción tenga, más se aprovecharán sus cualidades nutricionales: así que la primera recomendación es crudo, en ensaladas, junto a otras verduras. Otros también prefieren cortarlo en tiras finas y servir en ensalada con garbanzos o arroz yamaní.
Otra opción muy popular es utilizar el kale para preparar licuados detox. Se puede mezclar con otras hojas verdes, remolachas, zanahorias, cítricos o yogur.
Más opciones: cocido al vapor, salteado con cebolla a la sartén o al wok, en sopa de verduras o en una tortilla o una tarta.
RECETA: CHIPS DE KALE & CURRY
Por Mariana Bisso, cocinera naturista y creadora de @cocina.mona
Según remarca Mariana, esta receta es ideal para que los chicos incorporen el kale: “Pueden ser parte de una mesa de picadas, en ensaladas, acompañando pastas o simplemente como snack saludable”.
Una vez listos, se pueden guardar en frasco hermético o bolsitas con cierre hermético hasta 10 días. Si se humedecen, se pueden calentar nuevamente unos minutos en el horno a fuego mínimo.
Ingredientes:
2 atados de Kale rizado/crespo
1/4 taza de leche de coco (de lata)
2 cucharadas de aceite de oliva
4 cucharadas de curry amarillo
1 cdita de sal marina
Preparación:
Precalentar el horno al mínimo.
Lavar las hojas de kale y secarlas con papel de cocina o repasador. Quitarles los cabitos/nervaduras.
Cortar las hojas de kale a mano, del tamaño de un bocado grande (se achican un poco en el horno).
En una ollita entibiar el aceite de coco, la leche de coco, el curry y la sal, a fuego muy bajo, hasta que se disuelva el curry y quede una mezcla homogénea, dejar enfriar.
Colocar el kale cortado en un bol grande y echar por arriba la preparación de curry. Mezclar suavemente con las manos, buscando que todas las hojitas queden bien embebidas en la preparación.
En una asadera grande, colocar papel manteca y sobre este repartir las hojitas de kale, separadas para que se cocinen parejas.
Colocar en el horno bajo por 25 minutos, luego dar vuelta los chips y hornear 15 minutos más (si tu horno tiene un fuego muy fuerte, los tiempos se acortan). ¡Hay que estar atentos a que no se quemen!
Retirar del horno, dejar enfriar y a comer.
El tip del chef: vigilar los chips una vez en el horno, ya que no deben quemarse ni tostarse porque sino toman un sabor amargo. La idea es que se sequen y se vuelvan crujientes.
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